Ninguna sociedad puede permitirse el lujo de prescindir de su cultura. Sería un suicidio que así fuera. Cualquier sociedad necesita una cultura porque es una de las maneras a través de las cuales diferenciarse de otras sociedades. Lo puede hacer a través de su idioma, de sus costumbres, de su gastronomía o de un sinfín de cosas más. Las artes, por ejemplo, también pueden servir para convertir en diferente a cualquier lugar del mundo. Y de eso os vamos a hablar en los párrafos que siguen: de las artes y de cómo pueden ayudar a cultivar la cultura de un lugar.
La música es una de las artes que hacen que la cultura tenga una personalidad propia en cada lugar. Podemos imaginar muchos casos en los que una música nos transporta a algún lugar. El folk, por ejemplo, nos puede llevar a Irlanda o Escocia. El jazz, a Nueva Orleans, en Estados Unidos. La música clásica, al centro de Europa. Todas esas canciones conforman un legado cultural que tiene un valor incalculable y que, desde luego, forma parte del orgullo de una cantidad muy grande de ciudadanos y ciudadanas. Mantener ese legado es una responsabilidad tanto de las autoridades como de la propia ciudadanía.
Queremos continuar con este artículo hablando de la música clásica, que nunca pasa de moda por mucho que haya gente que parezca encargada de minusvalorarla. Según una noticia que fue publicada por el diario El Mundo en el mes de marzo de 2017, en España se escuchaba un 30’84% más de música clásica que en el resto del mundo. Eso es lo que explica que este tipo de música siga creciendo en España y que cada vez haya más artistas que la practiquen, haciendo posible de este modo que nuestro patrimonio cultural se enriquezca.
Una de las razones que explica el crecimiento de la música clásica en España tiene que ver con el aumento del interés en instrumentos como el piano. Según nos han indicado desde Clases de Piano, esta demanda no tiene nada que ver con la que se registraba durante la primera década del siglo XXI. Y esa es una noticia excelente porque estamos hablando de un asunto que va a hacer posible que pongamos más elementos a disposición del desarrollo musical y cultural de nuestro país con todos los beneficios que eso conlleva.
Una inversión de futuro
El hecho de que haya tantas personas interesadas en aprender a tocar el piano es una buena noticia sobre todo de cara a los años que están por venir. Ni que decir tiene que, si en España disponemos de una buena nómina de panistas de nivel en los momentos que corren, de cara al futuro los habrá mejores y en mayor número sobre todo si tenemos en cuenta que ahora está más de moda que nunca un instrumento como el piano. posiblemente estemos ante una posibilidad histórica para conseguir un impulso cultural tremendo gracias a la música. Y esto es digno de celebrar.
Además, existe la ventaja de que, en los momentos que vivimos, es mucho más fácil aprender a tocar no solo el piano, sino cualquier otro instrumento gracias a las nuevas tecnologías. Existen todo tipo de materiales que pueden complementar el aprendizaje en cualquier ámbito musical en Internet y eso es algo con lo no pudieron contar, en su día, los profesionales de hoy. La educación musical y general se puede incentivar todavía en mayor parte si contamos con las ventanas que proporciona la red, pero es importante destacar al mismo tiempo que lo que hallemos por Internet solo vale para eso, para complementar, y que lo básico se aprende al lado de alguien con experiencia.
En un mundo en el que la exigencia es cada vez mayor en todos los sentidos, la necesidad de ampliar conocimientos musicales es algo que puede afectar a cualquier aprendiz de músico. Esa cantidad de recursos de los que disponemos ahora y que no teníamos antes nos abre la puerta a ser mejores músicos que los de generaciones pasadas y, por tanto, para estar en el cupo de los más grandes músicos del país es imprescindible que se tengan en cuenta más conocimientos y aprendizajes.
Al hablar de un instrumento como el piano, siempre nos ha dado la sensación de que los mejores del mundo se encontraban en el centro, este o norte de Europa, en Asia o Estados Unidos. Sin embargo, poco a poco vamos descubriendo talentos en España que no debemos desprestigiar y que hacen que nuestro país no tenga la necesidad de mirar por encima a nadie. Ese es un gran orgullo y está haciendo posible que el mundo del piano ponga a España en su mapa. Y esto, para nuestra cultura, vale más que el oro.