Internet se ha convertido en uno de los suministros básicos en los hogares españoles. Casi, casi, tan importante como la luz o el agua caliente. Nos parece raro estar sin él. Pero, ¿qué criterios debemos tener en cuenta para contratar un buen servicio de fibra óptica para nuestra casa?
El precio y la velocidad son los dos varemos que llevan a los consumidores a contratar la fibra óptica con una compañía o con otra.
Hace tiempo que el wifi dejó de ser un servicio exclusivo para los ordenadores. Cuando estamos en casa, los dispositivos móviles, teléfono y tablet, los tenemos conectados a la red de internet. De esta manera nos ahorramos datos de nuestro plan de telefonía. A eso sumamos las plataformas de streaming que consumimos por televisión: Netflix, Amazon Prime, filmin, etc. Y por supuesto, una red para conectarnos con los portátiles o consolas de videojuegos desde cualquier habitación de la casa.
Su presencia en los comercios también es fundamental. Los TPV conectados a un ordenador han sustituido a las tradicionales cajas registradoras. Desde el teclado podemos realizar gestiones bancarias y ponernos en contacto con los proveedores, ahorrando tiempo y ganando eficacia. Los datáfonos inalámbricos, aparatos para cobrar con tarjeta, operan en la actualidad, gracias a la tecnología Contactless, a través del wifi. Todo eso, sin contar el servicio adicional que préstamos a nuestros clientes ofreciéndoles wifi en el establecimiento de manera gratuita.
Internet ha pasado a tener la importancia que en otros tiempos tenía disponer de una línea de teléfono fijo. Nos parece raro estar sin él. Es como si estuviéramos desconectados del mundo. De hecho, en la actualidad, la telefonía fija a penas se utiliza, cuando 30 años atrás era algo indispensable.
Para las nuevas generaciones internet es algo básico. No se imaginan la vida sin él. Tener una red demasiado lenta o, simplemente, que se queden sin él, es como si el mundo se viniera abajo. Un retroceso de golpe a la edad media. Es como para nosotros o para nuestros padres hubiera sido vivir una temporada sin televisión.
Fibra o ADSL.
La diferencia entre una opción y otra está en la velocidad de navegación. Mientras el ADSL permite la transmisión y recepción de datos en torno a 30 megas, la fibra óptica lo multiplica por un mínimo de 10, pudiendo llegar hasta 1 Giga.
El blog de electrónica Xataca Móvil nos recuerda que mientras el ADSL se transmite a través de la red de telefonía fija tradicional, que cubre todo el país, la fibra óptica necesita una instalación de cableado propio. Esto significa que nosotros no podemos elegir libremente si queremos una opción u otra. Para tener acceso a fibra, nuestro edificio debe estar conectado previamente a la red de fibra óptica instalada por Movistar, Ono o Jazztel. Por tanto, antes de contratar fibra, debemos asegurarnos de que nuestro edificio está cubierto.
Volviendo al principio, para comprender mejor en qué consiste la velocidad de navegación, debemos partir de que los datos de internet viajan por un cableado. El internet tradicional utiliza los cables de cobre que antes empleaban los teléfonos fijos. Por mucho que queramos, no podemos aumentar la cantidad de datos ni la velocidad. Están limitados físicamente.
Por otro lado, la fibra óptica se transmite a través de la luz. Por medio de pulsaciones lumínicas transportadas por medio de cables, más gruesos, fabricados en fibra de vidrio o algún componente plástico. La luz viaja a una velocidad mucho más rápida que la corriente eléctrica. Esto permite transmitir más datos por segundo.
Internet llega a nuestra casa por una única toma, que posteriormente el router wifi distribuye a través de ondas de radio. Cuantos más dispositivos tengamos conectados a la red, más datos por segundo consumiremos y, por tanto, más lento funcionará internet. Esto es especialmente apreciable si usamos una plataforma de streaming para ver una película o jugamos con una videoconsola conectada online, ya que consume una gran cantidad de datos.
De ahí lo importante de disponer de una buena conexión para utilizar plenamente internet.
A veces lo barato sale caro.
La Organización de Consumidores y Usuarios, O.C.U., insiste en leer bien la letra pequeña antes de contratar fibra con una compañía.
Los operadores compiten entre sí con una publicidad directa, y un poco agresiva, basada en el precio. Cada empresa ofrece internet más barato que el rival. Sin embargo, existen una serie de cláusulas que hacen que el precio final que pagamos por el servicio, en muchas ocasiones, no se corresponda con el coste prometido.
No se trata de publicidad engañosa. La ley obliga a las compañías a especificar las condiciones del servicio en los anuncios. Las empresas lo hacen en letras pequeñas colocadas a pie de foto o rotando en la parte de abajo del anuncio de video. No haberlas leído no exime de su aceptación.
Por eso, la O.C.U. recomienda entrar en la página web del operador, antes de contratar el servicio, y leer detenidamente la oferta. A veces, detrás de los números en grande que llaman la atención del consumidor, se esconden sobrecostes que encarecen el producto. Estos son algunos de los más habituales:
- Precios sin IVA. Para hacer más atractiva la oferta, ciertos operadores presentan sus precios sin los impuestos. Al precio presentado en la publicidad, al final se le añade el 21% de I.V.A. Esto puede hacer que, después de hacer números, no nos sea tan interesante la oferta. Por eso, si partimos del precio, debemos valorar el precio definitivo y no el publicitado.
- Coste de alta y de instalación. La gran mayoría de los operadores ofrecen la instalación y el alta gratis, pero hay algunos que no. Por eso, debemos asegurarnos de que en la publicidad y en el contrato lo digan explícitamente. Si no lo dejan claro, puede ser que en el primer recibo veamos un sobrecoste considerable.
- Permanencia. Aunque no supone un sobrecoste directo, si es un elemento de atadura con el proveedor. Casi todos los contratos incluyen una cláusula de permanencia de 12 o 24 meses. Esto significa que no podrás cambiar de compañía durante ese periodo, aunque estés descontento con el servicio. Romper el contrato supone una penalización económica.
- Renovación. Algunas compañías lanzan una promoción atractiva para captar nuevos clientes. El precio prometido tiene una validez de 12 meses. Pasado este tiempo el contrato se renueva automáticamente a un precio superior. Esta es otra de las cuestiones a tener en cuenta antes de contratar el servicio.
Hoy en día es un error contratar internet atendiendo solo al precio.
Velocidad.
No todas las fibras son iguales. Deberás atender a la cantidad de megas de subida y bajada. Hace unos años, había operadores que ofrecían fibra óptica barata con solo 50 megas de bajada. En los hechos no suponía casi ningún cambio respecto a un ADSL normal y corriente.
Otros operadores suministran Fibra, pero lo hace solo con 100 megas. La velocidad de internet se resiente en el momento en el que hay varios dispositivos conectados al mismo tiempo.
Hoy en día, lo normal es ofrecer fibra de 300 Mbps o 600 Mbps; para un domicilio estándar o para un pequeño comercio, con 300 megas es suficiente. Sin embargo, si se necesita o se desea un internet más profesional, será necesario contratar un ancho de banda mayor.
Por ejemplo, 300 Mbps no cubre las necesidades de una oficina en la que hay varios equipos informáticos conectados simultáneamente.
Servicio.
Los expertos de Oroc, un operador virtual de telefonía con sede en Sevilla, nos informan que la principal diferencia entre una compañía y otra está en el servicio que prestan al cliente. Esto se refleja en tres cuestiones: servicio técnico, atención al cliente y estabilidad del suministro.
Es fundamental que la compañía con la que has contratado internet cuente con un servicio técnico, que en el momento en el que surja algún problema te lo resuelva de forma efectiva. Bien centralmente o desplazando, cuando sea necesario, a un técnico a tu domicilio en el menor tiempo posible. Para todos es incómodo que nos quedemos sin internet cuando lo estamos pagando religiosamente cada mes. En algunos casos puede ser un obstáculo que dificulte el trabajo o nos haga perder dinero, sobre todo si internet lo usamos como una herramienta laboral.
La comunicación con la empresa es clave. Debe tener un buen servicio de atención al cliente con varios medios por los que el cliente pueda ponerse en contacto con la compañía para resolver incidencias o aclarar dudas. Este servicio debe ser rápido y eficaz, arreglando los problemas del usuario lo más rápido que se pueda. Esto aumenta la confianza de los clientes y marca la diferencia entre captar clientes de paso o trabajar una clientela fiel y satisfecha.
La estabilidad en el servicio consiste en que se tenga la misma velocidad de internet siempre, y que nunca se interrumpa el suministro. La base está en tener un buen soporte técnico.
Para contratar fibra, recomendamos no lanzarse a la primera oferta que veamos. Si no que analicemos diferentes propuestas parecidas, estudiando sus pros y sus contras, y contratemos aquella que mejor se adapte a nuestras necesidades.