De los más de 7 millones de españoles y españolas que tienen más de 65 años, casi 2 prefieren continuar viviendo en su casa a pesar de haberse quedado solos. Es difícil abandonar el hogar en el que has vivido toda una vida, y mientras puedan, estas personas tienen pensado seguir haciéndolo. Dejar su domicilio, abandonar a sus vecinos y amigos del barrio, y ese bar en el que solían tomar café, jugar la partida; ese parque donde paseaba con él, con ella…
Somos animales de costumbres, nos sentimos seguros en nuestra zona de confort, y el cambio, muchas veces asusta, sobre todo a una edad en la que la rutina se ha hecho una parte fundamental de la vida. Así que mientras se encuentran bien de salud física y mental, los y las mayores suelen elegir seguir viviendo solas en su hogar.
Llega un momento en que los y las mayores necesitan ayuda, ya no pueden valerse por sí mismos como antes y no siempre pueden contar con la ayuda de familiares para echarles una mano. En estos casos las personas necesitan asistencia, ya no pueden seguir viviendo solas y aunque la decisión es dura, saben que es lo mejor. Llegada una edad, continuar viviendo sol@s puede ser muy peligro, sobre todo cuando la salud no acompaña.
Esto es, por ejemplo, lo que le ha pasado a María Antonia. Esta mujer de 80 años, viuda desde hace 10, nunca quiso abandonar su vivienda en Madrid, hasta que un susto le hizo cambiar de idea. “Casi me muero – dice- y si no llega a venir mi nieta en ese momento, hoy no estoy aquí contándolo”. Y sí, María Antonia tiene familia que la visita, pero no con la frecuencia que le gustaría ya que se encuentran todos desperdigados por España adelante, y muchos en el extranjero. Así que finalmente la convencieron para mudarse a un apartamento tutelado de Sanvital, que cuenta con residencia para mayores y apartamentos tutelados en Madrid, que ofrecen la intimidad y calidez de un hogar con una atención personalizada, pensados para el desarrollo de una vida con total independencia pero disfrutando de todos los beneficios del centro.
Apartamento tutelado, la mejor opción para personas que necesitan asistencia
La mayoría de las personas encuestadas afirman que preferirían no moverse de su hogar, pero que en el caso de tener que hacerlo, les gustaría vivir en un apartamento tutelado, en lugar de la típica residencia convencional. Y es que según ellas mismas nos confiesan, tienen la sensación podrían perder esa independencia, esa libertad que tanto les gusta y a la que ya se han acostumbrado. Por eso, estos centros deben tratar de crear un entorno familiar, similar al del hogar de los usuarios y usuarias. Algo que no todos consiguen, elegir el ideal para ti o para tu familia es algo fundamental.
En cambio, en el apartamento tutelado encuentran la libertad que necesitan, pero con la seguridad de estar atendidos por un equipo de profesionales de diferentes especialidades para cuidar de ellas en todo momento. En estos apartamentos pueden sentirse como en su hogar pero protegidos. Son cómodos, fáciles de limpiar, tienen baños adaptados y una distribución especialmente pensada para eliminar los riesgos.
Como María Antonia, muchas personas, se resisten a abandonar su hogar, pero no pueden contar con la ayuda de sus familiares al no residir estos en la misma ciudad. Y esta es una situación muy común en España. Para todas estas personas que desean seguir manteniendo esa independencia, los apartamentos tutelados son la mejor alternativa.
Estos alquilares no suelen ser excesivamente caros y permiten el acceso a zonas comunes, como la biblioteca por ejemplo. Pero además ofrecen otros servicios como la peluquería, fisioterapia, gimnasio, psicolog@, terapia ocupacional, además de cafetería, lavandería, limpieza, zona ajardinada y una gran oferta de talleres y actividades de ocio, culturales, musicales, formativas, excursiones, etc…
Cuando las personas mayores no tienen familiares, ni medios económicos ni ningún tipo de ayuda que le permita el traslado a un apartamento tutelado pero se niegan a vivir en una residencia, muchas veces deciden compartir su casa con estudiantes, alquilarles una habitación a cambio de atención, apoyo y amistad, a cambio de compañía.