Si por algo se va a caracterizar este dos mil diecisiete es por la noticia de que ilustra que, el aceite de palma realmente es cancerígeno, debido al ácido palmítico que favorece a la degeneración celular. Esta noticia ha provocado una gran sorpresa en la industria alimentaria, pero no podemos decir que sea una noticia que nos pille de nuevas.
El ácido palmítico está incluido en muchos alimentos que provienen de la naturaleza. Incluso está presente en la leche materna. Esto ha provocado bastante atención para las empresas que utilizan el aceite de palma en sus productos, muchas de las cuales están empezando a cambiar las composiciones para eliminarlo de sus productos.
El ácido palmítico en sí no es malo, porque es una grasa que en su justa medida es buena para el cuerpo. Lo que es malo es el consumo incontrolado y excesivo de esta sustancia. Y es que en el mundo en el que vivimos el aceite de palma está en todos los alimentos. Pregunta a alguien que tenga cincuenta o sesenta años, y dile si los dulces que comían cuando eran pequeños saben igual a los de ahora.
Te van a responder que no. Pero, ¿por qué?, porque antes se utilizaban aceites vegetales diferentes al de palma, así como grasas, que daban a los alimentos la textura y punto de grasa que se necesitaba para que los alimentos quedaran jugosos. Cuando se han cambiado los modelos de producción, y se han transformado en verdaderas cadenas industriales en las que lo importante es cumplir los pedidos, se ha cambiado por el aceite de palma.
El renacimiento de los alimentos ecológicos
La toma de conciencia de que los alimentos procesados pueden ser perjudiciales para la salud, en un consumo excesivo, ha hecho que mucha gente se haya pasado a los alimentos ecológicos. Estos productos certifican que su fabricación u obtención han sido realizadas sin la intermediación de productos artificiales, o mediante procesos que no añaden nuevas sustancias a los productos.
El consumo de estos productos ha registrado una cifra sorprendente, en lo que se refiere a su consumo, en los hogares españoles durante dos mil quince. Tal es así que se ha registrado un consumo de hasta dieciocho con tres millones de hogares españoles que consumen estos productos. Traducido en cifras económicas, se traduce en unos mil quinientos millones de euros, lo que supone un veinticuatro con cinco por ciento respecto a dos mil catorce.
También han crecido las cooperativas y asociaciones, que aúnan a productores que cultivan alimentos libres de conservantes químicos y manipulaciones genéticas. También aumentan los empresarios que apuestan por abrir tiendas online y físicas, en las que se ofrecen estos productos ecológicos exclusivamente. Esto aumenta el número de consumidores ya que es mucho más fácil obtener estos productos.
De entre todas las tiendas de productos ecológicos que existen, destacan aquellas en las que se ofrece al consumidor productos frescos, como frutas y verduras, recién recogidos de la huerta. Es el caso de Naranjas al día, que es el resultado de generaciones de agricultores valencianos, expertos en el cultivo de los mejores cítricos, que cansados de los distribuidores han decidido saltarse sus canales para llegar directamente al consumidor.
Personalmente esta iniciativa me parece genial, porque muchas veces los agricultores obtienen precios realmente bajos por sus cosechas. Y esto nos perjudica, porque un agricultor que no puede mantener sus cosechas con productos naturales, ha de recurrir a químicos que de una manera o de la otra pueden ser nocivos para la salud.
En conclusión, esta moda de los productos ecológicos está para quedarse. Si no has probado estos productos, te aconsejo que busques en internet tiendas en las que obtenerlos, ya que tu salud te lo agradecerá. Y si quieres un zumo de naranja realmente natural, prueba las naranjas ecológicas.