Cuando nos desplazamos al centro de la ciudad, evitamos los parkings de forma casi inconsciente. Si el tráfico en las ciudades está mal, el aparcamiento está peor aún. Tras llegar a nuestro destino perdemos entre 10 y 15 minutos dando vueltas a las manzanas, intentando encontrar una plaza de aparcamiento libre en la calle. Nos hemos movido porque tenemos un compromiso y el tiempo se nos echa encima. Al final optamos por guardar el coche en un parking cercano. Si lo hubiéramos reservado con antelación, hubiéramos ahorrado tiempo, y posiblemente dinero.
Al coger el coche tendemos a la improvisación. Pensamos que cuando lleguemos al lugar al que nos dirigimos, vamos a encontrar una plaza libre de aparcamiento en la puerta, y que además nos va a salir gratis. Ese nivel de confianza desbordada no lo tenemos en otras facetas de nuestra vida. Si vamos a hacer un viaje de vacaciones o una escapada nos gusta tenerlo todo bien planificado. Dónde nos vamos a alojar, qué lugares vamos a visitar, dónde vamos a comer. Si hemos preparado una velada con nuestra pareja o amigos, reservamos con antelación mesa en el restaurante en el que vamos a cenar, o compramos las entradas del teatro por anticipado. Con el coche no nos sucede lo mismo. Pensamos que reservar un parking es un dinero que nos podemos ahorrar.
Comparado con las otras alternativas, un parking no es mucho más caro, y se gana en comodidad.
Zonas de estacionamiento regulado.
El aparcamiento en la calle en el centro de las grandes ciudades españolas está regulado por el SER (Servicio de Estacionamiento Regulado), una institución de ámbito municipal. Es de pago, y se controla por medio de parquímetros. Con frecuencia, las áreas de pago abarcan el 90% de las calles del centro de la ciudad. Los agentes de una empresa municipal o una subcontrata supervisan que los coches aparcados tienen el ticket en regla. Eran lo que antes se llamaban los trabajadores de la ORA. Si ven alguna anomalía, imponen una multa o llaman a la grúa.
Como nos recuerda Telecinco, estas áreas de aparcamiento regulado en la vía pública se dividen en zona verde y zona azul. Hay más, pero estas son las predominantes.
La zona verde está pensada para los residentes de la calle o calles aledañas. Personas que viven o trabajan por la zona, aunque en los hechos puede aparcar cualquier coche. Hay que señalar que los residentes deben inscribirse y pagar una cuota mensual para obtener el distintivo. Los no residentes pueden aparcar un máximo de dos horas. Después tienen que salir del barrio y tienen prohibido aparcar en la zona hasta que no transcurra una hora desde que terminó el anterior estacionamiento. Los residentes no tienen límite de tiempo, aunque al igual que los otros conductores deben abonar la tarifa reglamentaria. En Madrid es de 2,05 € la hora.
En la zona azul puede aparcar cualquier coche durante un máximo de 4 horas. Pasado ese tiempo, el conductor debe abandonar la plaza de aparcamiento y buscar otra. Algunos municipios prohíben estacionar el vehículo en el mismo barrio o la misma calle hasta que transcurra una hora, en otros, basta con cambiarse de acera. El precio de aparcamiento es inferior a la zona verde. En Madrid es de 1,10 € la hora.
Siempre se ha justificado el pago del aparcamiento en la vía pública como un método para favorecer la rotación de los vehículos. Popularmente, se concibe como una fuente de ingresos para los ayuntamientos. Durante ese tiempo, el conductor debe estar pendiente del tiempo en el que el coche permanece estacionado, cualquier descuido es sancionable. Todo eso, manteniendo el coche en la calle sin ninguna seguridad.
El parking supone mayor protección.
Es evidente que guardando el coche en un parking está más protegido. El coche no se encuentra a la intemperie. Ni se recalienta por el sol, ni le afecta la lluvia. Los parkings suelen disponer de videovigilancia y de personal que se preocupa de que en el interior de la instalación no se produzca ningún suceso. La misma persona que lo aparcó será quien se lo lleve, salvo que ceda la tarjeta de aparcamiento a otra persona de su confianza. Dentro de un parking es más difícil que se produzcan arañazos, golpes, etc. El Grupo Orbit, que regenta un parking de lujo en la calle Núñez de Balboa de Madrid, dice que dejar el coche en un buen parking es lo más parecido a tenerlo guardado en tu propio garaje.
La realidad es que encontrar aparcamiento en el centro de una ciudad, cualquier día laborable entre las 8 de la mañana y las 10 de la noche, es una tarea complicada. Las plazas de aparcamiento, aunque sea en la calle, se llenan enseguida. También, debido a este problema, si no se ha reservado plaza, los parkings públicos y privados se completan con rapidez.
Como informaron en el programa de Telemadrid “Madrid Directo”, la comunidad de Madrid puso en marcha una red de parkings disuasorios para evitar la saturación del aparcamiento en el centro de la ciudad. Son zonas de aparcamiento de gran capacidad, situadas al aire libre cerca de estaciones de cercanías.
Para acceder a ellas es imprescindible tener el abono transporte. La idea es poder aparcar en ella y coger el transporte público para llegar al centro de la capital. Son plazas de aparcamiento gratuito en el que se puede estacionar un máximo de 16 horas. En el primer semestre del año usaron este servicio 77.000 usuarios.
Hasta junio solo había operativos 5 parkings de este tipo, localizados todos fuera de la M-30: En la Ciudad Universitaria, Colmenar Viejo, Avenida de Portugal, Estadio Metropolitano y en la calle Nuestra Señora del Remedio. Para los próximos años la comunidad tiene proyectado llegar a 23 aparcamientos en el extrarradio de Madrid y 48 en el resto de la comunidad autónoma.
Servicios extra.
La competencia entre los parkings privados por atraer clientes hace que oferten servicios extra que redundan en la comodidad del usuario. Aparte de que estos parkings están cada vez más informatizados, mejoran en la limpieza y el diseño y disponen de plazas más anchas de aparcamiento, prestan servicios vips como aparcacoches o limpieza a mano del vehículo.
El aparcacoches es cómodo tanto para el parking como para el conductor. El usuario deja las llaves en la taquilla de entrada, y el operario que controla las plazas disponibles lo aparca rápidamente. El conductor no tiene por qué recorrer las plantas del parking hasta encontrar la plaza que le convenza. Al entregar las llaves, el conductor entrega y recoge el coche en la puerta del parking.
Con la limpieza del vehículo, el usuario saldrá del garaje con su coche impecable.
El problema de aparcamiento que tienen las ciudades y la popularidad que están alcanzando los parkings hace que sea recomendable reservar plaza por adelantado. De esta forma nos aseguramos de tener la plaza garantizada. Todos los parkings tienen un porcentaje de plazas guardadas para reserva. En la mayoría de los casos se puede reservar cómodamente por internet.
Para ello, se selecciona la hora de entrada y salida, se facilitan algunos datos personales como el nombre, la dirección, el correo electrónico y el número de teléfono; se indica la matrícula del vehículo y se abona el importe por tarjeta bancaria o PayPal.
Los aparcamientos dan la opción de poder contratar abonos mensuales o reservas para varios vehículos obteniendo interesantes descuentos.
Reservando plaza en un parking en el centro de la ciudad, nos evitamos pasar el agobio de recorrer calles sin encontrar una plaza libre, ganamos en comodidad y llegamos a tiempo a nuestro destino.