Llega el verano y, con él, la que es la peor época del año para muchas personas que, por los motivos que sean, sufren mucho con las altas temperaturas. Lo cierto es que hay que estar bien preparado para enfrentarse a este tiempo, puesto que es muy fácil debilitarnos durante las épocas de calor y es bastante complicado recuperar la energía necesaria para enfrentarnos a él. En efecto, no cabe la menor duda de que es fundamental que todos y cada uno de nosotros tomemos las medidas oportunas a tal efecto.
No es fácil combatir las altas temperaturas y menos cuando se está trabajando y el estrés forma parte de nuestro día a día. Las altas temperaturas del ambiente se combinan con las altas temperaturas que tenemos dentro de nuestro cuerpo y la necesidad de acometer nuestro trabajo con más y más rapidez. De esto solo puede surgir algo que, además de impedirnos cumplir con nuestros objetivos laborales, nos afecte en lo que tiene que ver con nuestra salud.
Hace falta decir sin tapujos que, en las oficinas españolas, es necesario dar un paso más para tratar de garantizar la comodidad de los empleados. Y cuando llega el calor es más difícil dar con la tecla de ello. Hay elementos que son clave para tratar de acertar en este sentido y uno de ellos es el que constituyen las ventanas. No cabe la menor duda de que éstas tienen una incidencia muy importante en lo referido a la climatización de un lugar y que de ello depende la comodidad y el confort de mucha gente en una oficina.
Pero no todas las empresas, digámoslo sin tapujos, se han dado cuenta de ello. Más bien, podríamos decir que son pocas las que han operado en este sentido. Normalmente se tiende a pensar que, para garantizar la correcta climatización de un lugar, el aire acondicionado es el único aliado. Y no es así. Las ventanas tienen un papel importante en este sentido porque pueden ser perfectamente aislantes de las temperaturas que se están produciendo en el exterior. Esto, ya sea invierno o verano, es un factor clave.
En verano, la productividad de muchos empleados de oficinas cae a causa del calor que se vive en muchos de estos centros y que mucha gente suele combatir con aire acondicionado. Debemos asumir que esto es un error grave. El aire acondicionado es el que provoca buena parte de los constipados durante el verano y de ahí que sea mejor evitarlos. Las empresas y los diferentes centros de trabajo se equivocan apostando por este elemento, dejando de lado uno de los que más eficaces pueden ser en este sentido: las ventanas. Hemos querido hablar con los responsables de Replus, una entidad encargada de la fabricación de este tipo de objetos, y nos han comentado que, en efecto, son todavía muy pocos los negocios que apuestan por cambiar sus ventanas y convertirlas en aislantes en lugar de reducir el consumo de aire acondicionado.
Una apuesta por el ahorro energético
Apostar por un cambio en nuestras ventanas es algo que tiene incidencia no solo en lo que respecta a la comodidad de los empleados, sino también en lo que guarda relación con el ahorro energético. Así lo considera un artículo escrito en el diario El Confidencial Digital, que hace hincapié en que podemos contribuir de una manera sustancial en la mejora de nuestro entorno simplemente con este tipo de actuaciones. Y es que ayudar en lo que respecta al medio ambiente nunca ha sido tan fácil.
Otra noticia, en este caso publicada en el diario El País, destacaba el uso que le damos en España a las persianas, llegando a afirmar que los españoles estamos obsesionados con ellas. A pesar de que la mayoría de la gente tiende a pensar que las persianas también nos pueden aislar del calor, la verdad es que no pueden hacer nada en comparación con una ventana que sea aislante. Y es que es éste el elemento clave para prevenir el calor.
Disfrutamos ya en nuestro país de unas temperaturas que son altas y que nos invitan a acudir a la piscina. Lo que menos deseamos es ir a trabajar, y menos aún si nuestro centro de trabajo no es capaz de dejar de lado las altas temperaturas. Existen muchas oficinas en las que es necesario mejorar en este sentido y que piden a gritos un cambio. Sus empleados y empleadas también lo piden. Hacerles caso no cuesta mucho y permitirá que afronten su trabajo con mayores dosis de motivación.