Abrir la mente. Es un concepto que debería enseñarse en los colegios. Y es que no hay nada como ser consciente de lo que existe a nuestro alrededor. Muchos de los problemas que existen en el mundo, y sobre todo en España, se debe a que no sabemos mirar más allá de nuestro ombligo. Nos quedamos en nosotros mismos y pensamos que somos los mejores. La mejor cura de humildad que he vivido, ha sido siempre que he salido al extranjero, vivir nos mejora el cerebro.
Ahí he podido ver lo pequeño que somos. El talento que hay detrás de cada país, y las posibilidades que tenemos de crecer si nos fijamos en otros. Ese es el concepto de abrir la mente. No quedarse en lo provinciano, en lo de nuestro barrio. “Lo mío es lo mejor” es el primer error que se puede tener, tanto en la vida personal como en la vida empresarial. Por eso, mi recomendación para una empresa es que se abra. Que se abra primero a conocer que hay en el resto del mundo. Esto nos puede hacer ver, analizar, comparar y crecer. Y luego que abra a exportar, porque así vamos a poder tener más posibilidades de crecimiento como empresa. Ahora bien, como todo en la vida, no es fácil, y hay que tener unas líneas a seguir para poder crecer.
Son varios los beneficios que una empresa puede obtener al exportar al extranjero. Y es el momento de ponerlo sobre la mesa.
Aumento de ventas
Está demostrado, no lo decimos nosotros, exportar al extranjero permite a una empresa ampliar su mercado y llegar a nuevos clientes. Esto puede resultar en un aumento de las ventas y en un mayor crecimiento económico para la empresa.
Diversificación de riesgos
Exportar al extranjero permite a una empresa diversificar sus riesgos económicos. Si se depende únicamente del mercado nacional y este se encuentra en recesión o en situaciones económicas adversas, la empresa puede sufrir pérdidas significativas. Sin embargo, si se exporta a diferentes países, las ventas se distribuyen en varios mercados, lo que reduce la exposición a riesgos económicos locales.
Aumento de la rentabilidad
En unos tiempos tan complejos y con una competitividad tan grande, exportar puede ser una manera de aumentar la rentabilidad de una empresa. Al llegar a nuevos mercados, la empresa puede encontrar clientes dispuestos a pagar precios más altos o dispuestos a comprar grandes cantidades. Esto puede resultar en márgenes de ganancia más altos y, por lo tanto, en una mayor rentabilidad. Eso sí, para llegar a estos mercados hay que abrir la mente.
Mejora de la competitividad
Exportar puede obligar a una empresa a mejorar su eficiencia y calidad para poder competir en mercados internacionales más exigentes. Esto puede resultar en una mejora general en los procesos y en la calidad de los productos o servicios ofrecidos por la empresa.
Aumento del conocimiento del mercado
Como nos decía al principio del texto, exportar ofrece a una empresa la oportunidad de aprender sobre mercados extranjeros y sobre las preferencias y necesidades de los clientes en esos mercados. Esta información puede ser utilizada para mejorar los productos o servicios ofrecidos y adaptarlos a las demandas del mercado internacional. Es cierto que para ello hay que conocer bien el mercado y por ejemplo saber las formas de trasporte internacional que tenemos. El transporte por carretera, según Transportes Internacionales, sigue siendo el más empleado, aunque no es el único. Como es lógico, también se incluye el aéreo o el marítimo.
Además, este tipo de empresas te puede solucionar los problemas que se generan ante la aduana, los trámites se pueden hacer a su nombre, sin necesidad de tener que acudir a un intermediario lo que encarecería los costes.
Acceso a subsidios y apoyos gubernamentales
En muchos casos, los gobiernos ofrecen beneficios y apoyos a las empresas que exportan al extranjero. Es una gran imagen para el país ya que demuestra que el músculo empresarial se mantiene en forma. Estos recursos pueden ayudar a las empresas a reducir los costos de exportación y a mejorar su competitividad en los mercados internacionales.
Generación de empleo
Exportar al extranjero puede generar nuevos empleos en la empresa y en la cadena de suministro. Esto puede tener un impacto positivo en la economía local, ya que impulsa el crecimiento y la creación de empleo.
Hasta aquí los principales beneficios que tiene una empresa cuando exporta. Ahora bien, es importante destacar que los beneficios pueden variar según el país, la industria y las características de cada empresa. Aunque el primer paso ya se ha dado: abrir la menta para abrir las fronteras.